Estamos mal acostumbrados a que nos resulte divertido o gracioso ver a un animal que esté excedido de peso. La obesidad en nuestras mascotas es un verdadero problema ya que tienen más riesgos de sufrir enfermedades graves como diabetes, artrosis, afecciones del corazón e infecciones urinarias.

Es una enfermedad con una diferencia fundamental con respecto a otras enfermedades de las cuales solemos cuidarlo y preocuparnos: se la causamos nosotros como convivientes. Es decir nuestro perro o gato no se autoabastece, somos nosotros los que decidimos QUE, CUANTO Y COMO lo come. Entonces tenemos que comprender e internalizar que si no ponemos límites al apetito de nuestro fiel compañero lo estamos perjudicando.

Factores que intervienen en esta enfermedad

AMBIENTE: Nuestras mascotas distan bastante del modelo de perro o gato que se alimenta naturalmente. Para esto ellos tendrán que cazar su presa y esto implicaría un gasto de energía que se traduce en un consumo de calorías que no sucede en nuestro hogar, ya que normalmente tienen su plato con comida y lo único que hacen es masticar y tragar.

TIPO DE ALIMENTACIÓN: Muchas veces no conocemos sobre los diferentes tipos de alimentos que se ofrecen en el mercado actualmente y nos guiamos por el packaging, el marketing o bien el precio. Lo mejor es consultar con tu veterinario o experto asesor, sobre cuál es la mejor opción para tu mascota.

EMOCIONAL: Solemos dar amor a partir de la comida. Así somos. Pero tenemos que comprender que hay otras maneras de hacerlo y que en determinados casos no estamos haciendo un bien dando alimento cada vez que nuestra mascota nos lo pide. Por el contrario, cuanto más obedezcamos a su pedido más pedirá, entendiendo que tiene que llorar o ladrar para proporcionar el alimento.

¿Cómo hacer para que nuestra mascota baje de peso?

No hacer cambios drásticos. Establecer junto con nuestro veterinario de cabecera cuál es el mejor alimento para nuestra mascota en función de su score corporal, su actividad física, su ambiente, su condición sanitaria y su edad. Si es necesario cambiarlo hacerlo gradualmente.

Determinar la cantidad correcta. En esto solemos fallar porque damos a demanda o un aproximado de lo que creemos que es. Tenemos que pesar la cantidad de gramos que le damos por día, no es nada más llenar su plato.

Ofrecer comida fraccionada en varias porciones diarias (cuatro o más) y hacerlo jugar o trabajar para obtener el alimento. Existen dispenser interactivos tipo pelotas dosificadoras o tipo laberintos, pero esto no solo hará que tu mascota esté más saludable físicamente sino que el hacerlo “pensar” para obtener el alimento lo hará sentirse mejor mentalmente.

Compartir más tiempo de calidad con nuestro fiel compañero también es una manera de dar amor. Si te pide comida ponte a jugar un rato o sácalo a pasear en el caso de que sea un perro. Armar una rutina de juegos es algo muy hermoso y fácil de realizar, solo se necesita dedicación y tiempo!

Si después de intentar estas acciones de manejo nutricional tu mascota sigue excedida de peso organiza una consulta con tu veterinario para evaluar que no esté cursando con alguna enfermedad endocrina o metabólica que no le permita bajar de peso.

Fuente: Agustina Bermudez, veterinaria.